lunes, 2 de febrero de 2015

CAPÍTULO DIECISIETE. CARTAS CON SABOR A LIMA

CAPÍTULO DIECISIETE: SUSPENDIDA.

Suspenso.
Contempló aquella palabra garabateada con la tinta roja de la vergüenza sobre la esquina superior derecha de su examen de literatura. Ocho letras que la catapultaron al suburbio de los cateadores. Aquel mundo oscuro que siempre contemplaba desde el podio de las alumnas de sobresaliente.
S-u-s-p-e-n-s-o.
Incluso su amiga Andrea puso cara de perplejidad al contemplar el cuatro y medio que calificaba el examen de Lola. Raspando el aprobado, para mayor irritación. Rozándolo con los dedos para dejarla con cara de idiota y un suspenso en la asignatura que la había consagrado como una alumna brillante.
Desde hacía unas semanas, Lola había perdido el interés por las clases, pero contemplar aquel suspenso dedicado para ella fue una bofetada a su orgullo. Porque no se merecía un suspenso. Ella, que sin duda era la mejor de la clase. Ella, que siempre sacaba buenas notas con un poco de esfuerzo.
Desde su pupitre, le dedicó a Álvaro una mirada atravesada que éste ignoró durante el resto de la clase. Lola no lo dudó. Se lo estaba haciendo pagar por su beso con Logan. Se sintió furiosa y atacada mientras que él la ignoraba hasta que la campana emitió un sonido que ponía fin a la jornada escolar.
En cuanto Lola se levantó para interceptarlo a mitad del pasillo, Andrea la agarró del brazo para detenerla. Su amiga le dedicó una mirada que quería decir demasiadas cosas: sé que estás colada por tu profesor de literatura, por ejemplo.
─¿Qué? ─inquirió muy ufana.
─¿Me lo preguntas en serio? ─se exasperó su amiga─. Me has estado evitando durante todo el fin de semana desde que te torciste el tobillo, pero ahora no te escapas. ¿Qué hay entre Álvaro y tú?
─¿Entre el profesor Aguado y yo? ─al llamarlo por su apellido trató de poner un poco de distancia mientras contemplaba a su amiga con falso gesto inocente─. Una relación entre profesor y alumna, por supuesto.
Andrea se llevó las manos a la cabeza.
─¡Madre mía, estás coladita por ese sieso! ─exclamó Andrea.
─¡Eso es mentira! ─se enfureció Lola.
Respecto a Álvaro tenía muy claros sus sentimientos, pero ponerlos en evidencia delante de su mejor amiga era algo para lo que no estaba preparada.
─Y él está colado por ti... ─matizó Andrea.
─¿Álvaro? ─masculló el nombre con rabia─. No, no lo está.
─Ahora es Álvaro, eh.
─Además del que acababa de suspenderme, Andrea. Ves demasiadas series para adolescentes, porque entre el profesor Aguado y yo no existe nada, ¿Me oyes? Nada.
─¿Me lo dices a mí o tratas de convecerte a ti misma? ─replicó con sorna.
─Me voy porque detesto enfrascarme en conversaciones absurdas.
─Deberías hablar con él antes de que la situación os desborde ─sugirió Andrea, ignorando la reticencia de su amiga─. Se empieza por un suspenso cargado de celos y se acaba montando una escenita delante de toda la clase. A él lo despedirán y a ti te matarán sus padres.
Lola se cargó la mochila al hombro.
─Me largo.
Andrea la siguió soltando un resoplido, pero a mitad del camino se detuvo cruzándose de brazos. Estaba harta de preocuparse por Lola y no recibir nada a cambio. En los últimos meses, su amiga había cambiado hasta convertirse en una extraña a la que defendía incluso de sí misma.
─¿Desde cuando existen tantos secretos entre nosotras? ─le recriminó.
─Deberías utilizar tu imaginación para algo más útil que meterte en mi vida ─le espetó Lola.
A la salida de clase, su madre la estaba esperando dentro del coche. Había ido a recogerla porque Lola seguía cojeando debido a su esguince. En cuanto la vio, se metió en el interior del vehículo sin ni siquiera saludar. Estaba frustrada por el comportamiento injustificado de Álvaro.
Para ella, acababa de convertirse en Álvaro el imbécil.
El imbécil celoso que la suspendía porque le daba la gana. El que se negaba a aceptar sus sentimientos pero la culpaba si ella hacía su vida.
I-m-b-é-c-i-l.
─¿Esa no es tu amiga Andrea? ─su madre señaló a la joven de cabello rubio que salía del instituto. Era obvio que sabía quién era─. Le voy a decir que la llevamos a su casa.
─Que se vaya andando.
─¡Lola! ¿Pero a ti que te pasa? ─su madre le dedicó una mirada severa─. Andrea es una buena amiga.
Lola se hundió en el asiento y se cruzó de brazos, evidentemente enfurruñada. Su madre llamó a Andrea mientras le hacía un gesto con las manos. Su amiga rehusó la invitación, pero debido a la insistencia de su madre, terminó claudicando y se montó en el coche.
─¿Qué tal te va todo, Andrea? ─se interesó su madre.
Desde el espejo retrovisor, Lola se percató de que Andrea le dedicaba una mirada ácida que se esforzó en ignorar girando la cabeza por la ventanilla.
─A mí genial, pero Lola ha suspendido literatura.
Lola apretó los labios.
─¿Ah sí? Pero Lola... si literatura es tu asignatura preferida...
─El profesor Aguado es un imbécil.
─¡Lola, no insultes a nuestro vecino! ─la censuró su madre.
La aludida siguió mirando por la ventanilla. Su madre aparcó frente a la casa de Andrea.
─Adios, Silvia. Adios, Lola.
─¡Adios! ─rugió Lola.
Su madre arrancó el motor mientras un rictus incómodo se asentaba en sus labios. Por el rabillo del ojo, contempló el rostro arrebolado de Lola. Su hija destilaba rabia apenas contenida en su expresión.
─A ver, cariño... yo sé que a tu edad los chicos son una gran preocupación, pero no puedes pagar tu malhumor con Andrea, que siempre ha estado ahí cuando la has necesitado...
Lola se revolvió hacia su madre.
─¿Sabes lo que necesito? ¡Qué todos me dejéis en paz de una maldita vez! ─se enfureció, saliendo del coche y cerrando de un portazo.
Cruzó el jardín en dirección a su casa. En el porche de al lado, Álvaro estaba sentado muy relajado con las piernas cruzadas. En cuanto lo vio, alzó el dedo corazón antes de meterse en su casa. Álvaro la contempló sin decir una palabra, y Lola subió las escaleras para encerrarse en su habitación. Desde su ventana, lo contempló acariciar el pelaje de su perro. No pudo evitar quedarse más de lo oportuno mirándolo desde la distancia. El cabello oscuro y los ojos muy negros. El rostro de líneas duras y el rostro recién afeitado. Era completamente distinto a Logan.
Como si sintiera que estaba siendo espiado, Álvaro alzó la cabeza y la saludó con una mano, como si nada. Lola soltó un juramento, cerró la ventana y corrió la cortina.
***
Suspender a Lola lo había dejado en evidencia, por mucho que se empeñara en enmascarar su actitud bajo una normalidad que la situación no tenía. Había dejado su profesionalidad a un lado porque estaba celoso. Y preocupado.
¿Quién era ese chico con el que Lola se veía?
A él no le gustaba. De hecho, poco podría gustarle a Álvaro cualquier hombre que se acercara a la dulce Lola. Pero aquel tipo en concreto lo desagradaba. Su moto y él podían irse al infierno, porque no quería que a Lola le granjearan problemas. Y ese hombre los destilaba. No lo conocía, pero intuía lo que se escondía bajo aquella apariencia desgarbada y hostil.
No podía permitir que Lola sufriera, aunque para ello se comportara de una manera injusta y poco acertada. Él se había alejado de ella porque la haría sufrir. Había hecho sufrir a Amanda, y Lola era demasiado buena para soportar la culpa que lo impedía seguir adelante.
Amanda, tan rubia y especial. Tenía ese algo que te hacía contemplarla ensimismado. Sabía que era una mujer egoísta y superficial, pero poco le importó su condición, porque estaba loco por ella.
Jodido y loco por ella.
Agarró la fotografía que había sobre su escritorio y sintió un escalofrío. Todavía podía percibir la lluvia calándole los huesos, las sirenas de la ambulancia y a alguien que lo llamaba por su nombre. Agobiado, abrió el cajón y metió dentro la fotografía de Amanda. Aquella maldita mujer seguía haciéndole daño después de tantos años.
Tomó una decisión que sabía que era la errónea en cuanto salió de su casa y se dirigió a la entrada de la casa de Lola. Se metió las manos en los bolsillos e ispiró antes de llamar al timbre. Por suerte, fue la madre de Lola quien abrió la puerta.
Silvia y él solo tenían una cosa en común: querían lo mejor para Lola. Y en su opinión, lo ideal para Lola era alejarse de los hombres que como él solo le traerían problemas.
─Buenas tardes, Álvaro. ¿Te puedo ayudar en algo?
─En realidad sí.
***
Cuando Logan fue a recoger a Lola se encontró a un hombre que le dedicó una mirada atravesada antes de encerrarse en la casa de al lado. Logan le sostuvo la mirada hasta que el tipo cerró la puerta. Le dio la impresión de que mientras esperaba a Lola el hombre no le quitaba la vista de encima escondido tras alguna ventana. Detestaba ser observado, así que clavó la vista en la casa con un recelo palpable, hasta que escuchó su nombre en los labios de la chica que lo tenía hechizado. Se volvió con aquella sonrisa de idiota que detestaba ofrecer cuando la tenía cerca. De todos modos, no podía fingir que le era indiferente, porque Lola era el único punto que lo conducía a la realidad. Sí, de vuelta a la realidad tras su presente cargado de odio y la constante sensación de querer partirle la cabeza a alguien. Hasta que la conoció a ella.
Con Lola se olvidaba de todo ese odio que le oprimía el estómago. Con Lola todo era calma y ganas de pasarlo bien. De saborear esos besos con sabor gloss de frambuesa y sentir las manos pequeñas que le acariciaban los antebrazos con una mezcla de miedo y curiosidad.
Lola... Lolita... Lola...
La que siempre lo dejaba con ganas de más.
─¡Eh, Logan! ─ella le rodeó el cuello para acercarlo a sus labios. Lo besó con mayor efusividad que otras veces, pero a él no le importó─. He escuchado tu moto desde dos calles abajo.
La cogió de la cintura para devorarle la boca. Había tenido un día de mierda soportando las frivolidades de su insoportable jefa. Por suerte, dentro de poco podría mandarla al infierno. A ella y al malnacido de su marido.
─Vámonos ─la atrajo hacia sí para volver a besarla.
Lola hizo como la que se resistía.
─Mi madre me ha dicho que no me monte en el vehículo de ningún extraño ─musitó juguetona.
─Soy un extraño con el que te lo vas a pasar muy bien ─sugirió él con un brillo pícaro en los ojos─. Además, existe otra razón de peso.
─Sorpréndeme.
─Estas deseando venirte conmigo ─dijo muy seguro.
─Sí ─admitió, caminando con soltura hacia la moto.
Él la contempló intrigado. Lola tenía la habilidad de admitir sin problemas lo que sentía en cada momento. No se sentía avergonzada por ello, a pesar de que alguien le había hecho daño por mostrarse tan abierta respecto a sus propios sentimientos.
Aguantó la respiración cuando ella se agarró a su cintura y apretó los pechos contra su espalda. Murmuró algo acerca de abofetearlo si corría demasiado, pero Logan llevaba la adrenalina en la sangre. No frenaba al tomar las curvas porque desde que tenía uso de razón siempre había conducido de la misma forma.
En cuanto aparcó frente a la playa, Lola le echó una mirada curiosa mientras se descalzaba para caminar por la arena. El pie apenas le dolía, pero de todos modos Logan no había cumplido aquella promesa de esperar a que se curara su esguince, por lo que no pudo evitar pensar que se comportaba de aquella manera porque la había echado de menos.
Se quedó impactada al contemplar la moto de agua que los esperaba a mitad de la orilla. Siempre las había visto emergir de las olas, desde la distancia como todo lo emocionante que vislumbraba en su vida. Desde que conocía a Logan, no obstante, lo había visto saltar desde un acantilado y conducir una moto a alta velocidad. Ella solo era la clase de chica que osaba cantar en un karaoke.
─¿Qué pasa, tienes miedo? ─sugirió él.
─¿Puedo conducir yo? ─preguntó esperanzada.
Logan puso cara de espanto.
─Lo cierto es que valoro lo suficiente mi vida para ponerla en peligro ─se río al ver que ella ponía cara de irritación.
Se quitó la sudadera y la arrojó a la arena, quedándose sin la parte de arriba. Se descalzó hasta quedarse con el bañador y con una mirada la instó a hacer lo mismo. Lola contempló la orilla con recelo.
─Estamos en pleno invierno ─se quejó
─¿Y qué? Hay personas que se bañan en invierno en el mar. De hecho, es un hábito muy saludable.
Lola bufó mientras se quitaba los vaqueros para quedarse con el bikini.
─¿Por qué no me llevas a un restaurante carísimo como haría cualquier chico que quiere impresionarme?
─Qué aburrido ─Lola contempló sus piernas con innegable deseo antes de retormar la atención en sus ojos─. Además, yo no quiero impresionarme.
─¿No?
─Qué va. Lo que quiero es que te quites la ropa. Así te puedo mirar las tetas.
Lola se agachó para recoger un puñado de arena que le tiró a la cara. Él se rió y comenzó a tirarle agua mientras ella gritaba y trataba de reunir puñados de arena húmeda que tirarle a la espalda. Pero Logan fue más rápido y la cogió en brazos, zambulléndolos en el agua helada. Lola se pegó a él y soltó un grito cuando emergieron a la superficie.
─¡Eres un idiota, Logan! ─se irritó, congelada de frío.
Él se pegó a su cuerpo y le mordisqueó los labios.
─Un idiota que está loco por ti.
Lola sintió el cuerpo húmedo y resbaladizo de él contra el suyo. La fricción de los cuerpos mojados la transportó a un mundo de intimidad y deseo mientras Logan le agarraba las nalgas y la presionaba contra su erección. La besó con lentitud y la promesa de algo más urgente. Había tanto deseo contenido que se separaron jadeando para volver a encontrarse al siguiente segundo.
Las manos de Logan la tanteaban, casi pidiendo permiso. Flotaron en el agua agazapados por las olas hasta que consiguieron llegar a la moto acuática entre beso y beso. Logan la aupó por las nalgar para subirla y ella emitió una queja que se perdió con la risa de él.
En cuanto Logan se montó en la moto, ella se agarró a su cintura. La moto tomó velocidad y el agua le salpicó las mejillas. Nunca se había bañado en el mar en invierno, pero sumergirse con Logan le pareció una experiencia caliente que la dejó aturdida.
Logan detuvo la moto en una zona tranquila y la instó a cambiarse de posición. Ella le ofreció una mirada radiante acompañada de una sonrisa plena que él recibió con un guiño.
─Dime que no me estoy jugando la vida ─clamó él.
─Qué exagerado. Te prometo que tendré cuidado.
Aguantó la respiración al sentir la presión del miembro de Logan contra sus nalgas. Sabía que era un roce involuntario, pero no pudo evitar ponerse nerviosa. Él le acarició la muñeca para colcarle la mano sobre el manillar.
─Los pies siempre apoyados en el estabilizador ─le explicó. Ella hizo lo que él le pedía─. Sólo tienes que girar el manillar un poquito porque...
Ella lo hizo, pero la moto salió catapultada hacia delante y Logan se cayó al agua. Lo oyó maldecir y gritar su nombre. Como un acto reflejo, ella soltó las manos y la moto se detuvo a cien metros de distancia. A lo lejos, Logan parecía un muñeco que chapoteaba en el agua. Apenas pudo contener la risa por su metedura de pata.
─¡Ven a buscarme! ─le pidió.
─¿¡Cómo lo hago!? ─preguntó, pues no tenía ni idea.
Lo oyó resoplar desde donde estaba.
─¡Quédate donde estás!
Logan comenzó a nadar hacia ella acortando la distancia con evidente esfuerzo. Le tomó cinco minutos alcanzar a Lola debido al creciente oleaje, pero en cuanto llegó hacia ella, no había signo de enfado en su rostro.
─Recuérdame que no vuelva a dejarte al volante ─repuso, con una sonrisa.
─No lo entiendo, solo lo he girado un poquito...
Se echó hacia atrás con palpable frustración, pero Logan la sostuvo por la muñeca para detenerla. Ella lo observó asombrada por el cambio de parecer, pero Logan se sentó a su espalda y le sostuvo las manos mientras sus labios le acariciaron el lóbulo derecho de la oreja.
─¿Te vas a rendir porque yo te lo diga? ─Lola curvó una sonrisa─. Un movimiento de muñeca muy suave y la tendrás en el bote... como a mí...
Ella tembló antes de agarrar el manillar con firmeza.
─Si me dices esas cosas me pongo nerviosa.
─No me había dado cuenta ─ironizó─. Pero solo digo la verdad, Lola.
Retiró la mano de la suya para colocarla sobre su cintura. Ella trató de recobrar el dominio sobre sí misma antes de girar el manillar tal y como él le había pedido. Consiguió que la moto se moviera unos metros y soltó un grito de satisfacción. Con las instrucciones de Logan, estuvo cerca de una hora surcando cada ola que encontraba, hasta que comenzó a anochecer y decidieron regresar a la orilla.
Se vistieron en la arena mientras se miraban de reojo. Logan insistió en invitarla a cenar a uno de esos restaurantes de cinco tenedores, y terminaron comiendo en un puesto ambulante de pescaito frito.
Cenaron mientras caminaban por la orilla, y se sentaron descalzos para contemplar la lluvia de estrellas de aquella noche. Lola sabía que como aquella lluvia de estrellas, un momento como aquel sería irrepetible.
─¿Cómo se llama? ─preguntó Logan de repente.
Lola sacudió la cabeza y se acurrucó contra su pecho.
Álvaro, siempre Álvaro.
─Qué más da cómo se llame. No quiero hablar de él, Logan ─lo miró a los ojos sin vacilar─. No se lo merece.
─Creo que algún día regresara a buscar lo que dejó escapar ─le dijo él. Atrapó un mechón de cabello entre sus dedos─. A lo mejor no me da la gana que se vaya contigo, Lola.
─Puede que yo no me quiera ir con él.
─Si lo tuviera delante le diría cuatro cosas.
─No sabes nada de él ─respondió muy tranquila.
─No me hace falta. Te miro y no me hace falta que tú me digas nada.
Lola apoyó la cabeza sobre su hombro.
─Me gusta estar contigo ─le dijo.
Cerró los ojos porque se sentía muy bien a su lado y quería guardar aquella sensación en su memoria.
─Lo sé ─pasó un brazo sobre sus hombros y la atrajo hacia sí─. Lo que tú no sabes es el miedo que me da acostumbrarme a esto.

Regresaron a medianoche y Logan se despidió de ella como hacía siempre. Sin número de teléfono y sin forma de ser contactado. Lola empezaba a estar harta de su misticismo, pero sabía que si exigía más de lo que él estaba dispuesta a dar lo perdería. Simplemente se sentía muy bien a su lado.
Se dirigió al jardín trasero antes de entrar en casa. Sabía que Álvaro solía estar en la parcela contraria jugando con su perro, pero de todos modos no esperaba encontrárselo a las tantas de la noche.
─¿Ya te ha dejado romeo en la puerta de casa? ─bromeó él con inquina.
─Tienes un gran sentido del humor. Primero me suspendes y ahora pretendes reírte de mí.
Ni siquiera lo miró al soltar aquella verdad porque estaba muy cabreada.
─Qué fácil es echar la culpa a los demás de nuestros propios errores.
─En eso te doy la razón.
─Has suspendido porque no estudiaste lo suficiente.
─¿También te vas a creer que no estás celoso y que te estás comportando como un imbécil?
Él no se inmutó.
─Qué va. Lo que voy a hacer es darte clases particulares todas las tardes. Ya lo he hablado con tu madre.
A Lola se le desencajó la expresión. Por su parte, él continuó su camino para encerrarse en su casa.
─¿Cómo que ya lo has hablado con mi madre? ¡No eres nadie para hacer esas cosas! Si lo que pretendes es obligarme a pasar tiempo contigo para separarme de Logan...
Él se detuvo de inmediato y cerró los puños. Pese a todo, fingió desapego al preguntar.
─¿Quién es Logan?


33 comentarios:

  1. Ushh, que pasado nos salio Alvarito!!! Ja,ja,ja, Estupendo Chloe, Bendiciones :*

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  2. Cada día odio un poquito mas a alvarito.... Y me encanta mas logan... Uffff lo que estará dispuesto ha hacer por ella.... Claro que todo puede cambiar claro... Pero no creo esta poquito por ella.... Y ella cada dia esta un poquito mas de el... Estoy deseando que tengan su primera vez..... Porque serán con el..... Jajajajajajaa

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    1. Logan está un poquito mucho por ella jejeje pero habrá que ver cómo se desarrolla la historia y si al final se la lleva
      gracias por tu comentario!

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  3. La sinceridad de Logan me mata! <3 ... Definitivo Alvaro se gano lo de imbécil en este capitulo.
    Me encanto Chloe!

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    1. jajajajajaj ay Álvaro es que se las trae.. pero tenía que hacer algo o la perdía
      nos vemos el jueves. besos!

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  4. Me encantaaaaaa que alvaro le vayaaa a dar claseeeeeess!ahora si q va a ser un triángulo amoroso y la cosa se va a liar más!

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    1. jejeje sí, ahora se liará mucho más. Lo que no sé si a ellos les gustará tanto
      nos vemos el jueves!!

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  5. Cada día odio un poquito mas a alvarito... Y amo un poco mas a logan!!!! Y ella también creo... Que no sera capaz de hacer por ella este chico???? Madre miaaaaaaaa..... Que ganas de que llegue el jueves!!!!!! Chloeeeeeeeeeeeeee !!!!!!!!

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    1. Ay ese Álvaro que nos trae por la calle de la amargura... en el fondo está coladito por ella :)
      no vemos el jueves!
      besosssssss

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  6. Logan Loganito Logan.... que te estas metiendo a Lola en el bote y el pobre Alvaro muertito de celos pero que bien ha salido al paso el joio Ayyyyyyyy yo quiero un profe de esossssssss!!

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    1. jajajaja Álvaro ha salido muy bien del paso, pero a Lola no le ha hecho gracia jejeje
      nos vemos el jueves!!

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  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  8. Que bello Logan ... pero tengo que decir que Alvaro es un CABRONAZO no lo puedo creer que le haga eso a Lola es un egoísta. Chloe como siempre impecable me gusto el capitulo un beso enorme bella esperar hasta el jueves

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    1. Álvaro se muere de celos y actúa como mejor cree... Logan le está ganando terreno, ¿Por quién se decidirá Lola? Ay....
      hasta el jueves! besosss!

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  9. Ainsss que manía le estoy cogiendo a Alvaro y que me gusta Logan. Me encantó Chloe.

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    1. jejejeje es que Álvaro se las trae, ¡Tiene que actuar más!
      hasta el jueves!!!

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  10. Capitulazo...ayyy Alvaro k porculero...y Logan tan duro k parecia y diciendo esas cosas tan bonitas....Chloe eres genial sigue guapa...

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    1. muchas gracias Loli!!! :)
      siiii la historia sigue y sigue ejeje
      besosss!

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  11. Ayyýy mi logan x diossss me tiene loca y el otro listo ahora con las clases aggggg lo odioo. Asta el jueves 😚

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  12. Ayy Chloe por dios necesito saber mas ya!!!!Muero de amor por Logan!!!!Estupendo,genial

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  13. Holaa!!! Madre mia me a encantado el capitulo, que mono Logan se a declarado un poco .
    Alvaro nos ha salido muy listo , al final a movido ficha.
    Lola no esta siendo muy justa con Andrea , me da pena es su amiga.
    Deseando que llegue el jueves.
    Besotes!!!

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    1. La verdad es que Lola no ha sido justa con su amiga. Amigas como Andrea hay pocas, y siempre la defiende y mira por ella. Lola tendrá que recapacitar en el próximo capítulo
      besosssss

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  14. Mmmmm que me ha encantado Logan pero ÁLVARO creo que lo supera!!! Cada vez se pone más emocionante, felicidades Chloe eres una gran escritora!!!!!

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  15. Mi querida y favorita escritora bella ... creo q mi profe por fin esta sacando las uñas creo q mucho se ha tardado ya logan le lleva un buen camino ganado pero como a nuestra adolescente su corazón dice profe aguado tal esas clases me sirvan de algo mas...
    Me pude dar clases el profe por la noche ???
    Siento decirlo pero cada vez creo q son mas pequeño estos capítulo. ..
    ♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡

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    1. muchas gracias por tus palabras, me animan muchísimo!!
      un abrazoooo! :)

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  16. Hola buenas tardes.

    Entre para leer tu opinión acerca del erotismo en los escritos y me quedé tan atrapada a esta historia que no pude salir hasta terminar la última palabra, simplemente genial.

    Me encantaría seguir leyendo sobre tu historia por favor continua espero con ansias mañana. Ojalá y sea tan bueno este. Tus personajes son geniales álvaro, logan.

    Saludos y abrazos desde México

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  17. muchas gracias Anne. Me alegra saber que has leido la historia. El jueves mas
    besos

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  18. QUE RABIA ALVARO!! ESTA COMO EL PERRO DEL ORTELANO, NO COME NI DEJA COMER!!!!! QUE FEO!!! ME ENCANTA LOGAN, EL ESTA ENAMORADO PERO ASUSTADO TAMBIEN <3

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    1. Sí, Logan está muy asustado y es lógico... a Álvaro lo iremos descubriendo poco a poco. Ya tienes el siguiente capítulo. Besos¡!

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